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De dónde sacas tu inspiración y la delgada línea roja entre el bien y el mal

cuadro abstracto de punch needle maison penedes kit bordado aguja magica

Tengo guardadas cientos de fotos de proyectos de Punch Needle, tanto en mi Instagram como en el Pinterest de la Maison Penedès, y sé que tú también porque todas hemos visto alguna cosa que nos ha hecho pensar, en algún momento de la vida: «esto puedo hacerlo yo».

De hecho, muchas me escribís preguntando qué material necesitáis para crear [INSERTAR FOTO] o cómo han hecho [INSERTAR FOTO]. Siempre intento contestar lo más servicialmente posible porque, al fin y al cabo, todos vemos, anhelamos, nos inspiramos y copiamos.

Los americanos (al fin y al cabo el punch needle moderno viene de ahí, así que tiene sentido mencionarles) hablan muy abiertamente de estas cosas, como de tantas otras con las que los europeos parecemos sentirnos muy incómodos (hello, money?). Como si nosotros trabajásemos por amor al arte, sin recibos que pagar, y fuésemos por el mundo con una venda en los ojos, como la Justicia, para permanecer ciegos y sordos e inmunes a los inputs que nos rodean. No. Constantemente vemos cosas que nos gustan y, en ocasiones, pensamos que podemos hacerlas nosotras mismas. Y a veces, ¡hasta nos lanzamos a intentarlo! 💪

En varias cuentas crafter americanas que sigo (porque me inspiran) han tratado con más o menos profundidad este tema, a menudo con titulares llamativos que buscan cierta polémica para captar la atención como: «Está bien copiar» o «Puedes copiar».

Lo que suelen decir, y quiero compartir aquí porque coincido bastante con la tesis, es lo que venía diciendo: TODOS recibimos inputs y todos nos inspiramos en lo que nos rodea. Además, cuando empezamos cualquier actividad como, en este caso, el Punch Needle, siempre tenemos referentes que nos inspiran y nos motivan y es normal querer probar técnicas o formas o creaciones, sobre todo si nos han gustado, para practicar y seguir aprendiendo. «Todos los artistas empiezan copiando», suelen decir también en esos posts que os comentaba.

No sé si TODOS los artistas copian, pero está claro que es una forma maravillosa de aprender y mejorar. Y mientras sea ese el objetivo no lo veo mal. La delgada línea roja que separa el bien del mal en estos casos es cuando intentas vender una creación claramente inspirada en el trabajo de otro (en moda se dice «clon», aunque creo que podemos decir directamente «copia»). Eso es FEO. Creo.

Otra de las cosas que he leído en esos posts americanos es que, aunque sea para practicar (y no para vender), puedes y es de agradecer mencionar a la persona que te ha inspirado. Es un reconocimiento a su trabajo que tú aprecias (o no copiarías) y una forma de «devolverle el favor», haciendo que tu entorno descubra su obra que, si te ha gustado a ti, lo más probable es que ellos también valoren.

Y por último, pero no por ello menos importante, recomiendan copiar y buscar inspiración, pero más allá de lo que estés haciendo. Es decir, no te limites a seguir cuentas de Punch Needle (para nuestro caso), sino que te resultará tanto o más enriquecedor explorar artistas, diseñadores y hasta tu propio entorno o la naturaleza. ¿Cuántas obras ha inspirado la naturaleza?!

De hecho, siempre he pensado que si todos nos copiamos a todos, la rueda no gira más que sobre sí misma. Tiene que haber alguien CREANDO, abriendo camino; «verdaderos artistas». Aunque es cierto que a nadie le viene la genialidad por ciencia infusa o inspiración divina, por mucho que hayan pretendido algunos filósofos idealistas… Lo más normal es que transformemos nuestros inputs y aquellos que logran juntar dos cosas bien diferentes, como el aceite y el agua, son lo que consiguen destacar por su originalidad.

Y toda esta reflexión porque hoy me apetecía hablaros (reconocer el trabajo) de Mari o Maru Quiñonero, que fue la primera artista que copié (descaradamente) con uno de mis primeros trabajos de punch needle. La verdad es que quería practicar puntadas y texturas y necesitaba algo fácil y bonito y estaba completamente enamorada de las combinaciones de colores de sus obras, que para muchos no serán más que «círculos pintados», pero para mí fueron y son una gran inspiración.

Y sí, quizás sólo PARECEN «círculos de colores» (alguien le dejó un comentario totalmente mean un día diciendo que eran «puntitos») pero yo debo decir que una de las cosas que más me cuestan cuando empiezo una pieza de punch needle es la elección de los colores. No en vano hay cientos de libros y estudios sobre el tratamiento del color. Y ahí se nota que sus obras no son «sólo» puntitos, sino que hay una inversión de horas en estudiar artistas, leer tratados y estudios sobre estética, colores, armonía… Vamos, al menos, eso quiero pensar. Porque, si no, cuando repartieron el gusto y criterio cromático, por ciencia infusa o inspiración divina, a mí me dejaron completamente al margen XP

Y esto me lleva a terminar con una frase que leí hace tiempo y que intentaré reproducir, aunque no literalmente porque perdí la fuente y sólo puedo transmitir la idea que se desprendía de ella, pero creo que es perfecta para terminar toda esta disquisición y animaros e inspiraros a continuar copiando y buscando vuestro camino.

Venía a decir algo así como que TODOS, cuando empezamos (en lo que sea, aplicable al arte y al punch needle y quizás hasta a la vida), vemos los trabajos que hacen otros y los envidiamos y los comparamos con lo nuestro y nos sentimos mal. Pero es normal, porque estamos comenzando, aprendiendo, testeando. Y la única forma de mejorar es seguir haciendo, seguir buscando, explorando (copiando). Y ese yo que nos dice «esto no es bastante bueno» no es más que una prueba de que tenemos criterio, de que sabemos hacia dónde vamos o, al menos, hacia donde no vamos (que ya es mucho) en nuestro camino que terminará llevándonos a encontrar nuestro estilo. Nuestro destino.

Y con eso y un bizcocho (y un aplauso y un agradecimiento, si has llegado a leer hasta aquí), ¡a punchear! 💪

Todo el material que necesitas para practicar el Punch Needle

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