DIY: haz tu propia crema exfoliante (con lo que tengas en la cocina)

Dicen que uno no sabe apreciar lo que tiene hasta que lo pierde. Por eso, con un crío que todavía no ha cumplido el año, puedo decir sin miedo a equivocarme que uno de los grandes placeres de esta vida es poder pegarse una ducha con calma (¡ay, mamás, decidme que en algún momento se vuelve a tener tiempo para una misma!).

No hacen falta retiros espirituales, sesiones de yoga o masajes (oye, que tampoco vienen mal, eh); desconectar durante unos minutos bajo el agua y tomarse un rato para mimarse y cuidarse es LO MEJOR para sentirse como nueva. Y de eso va el post de esta semana: de renovarse con un exfoliante hecho en casa con los ingredientes que tengas en la cocina…

Cocinando un exfoliante casero…

Hacer un exfoliante casero (a base de azúcar) es muy fácil y gratificante. Y puede ser, además, un gran regalo para quedar como una reina sin gastarte casi nada.

Para empezar, vas a necesitar un tarro de cristal con tapa de rosca para guardar tu crema exfoliante. Puedes reusar botes de mermelada, salsa de tomate… ¡Lo que tengas a mano!

Como vamos a llenarlo, ese tarro te servirá de medida. Echa el azúcar para saber cuánto necesitas y luego viértelo en un bol donde mezclaremos el resto de ingredientes. Si vas a usar más de un tarro, llena cada uno de ellos y así clavarás las medidas para rellenarlos luego.

¿Y qué ingredientes uso?

En tu cocina tienes un montón de cosas que puedes usar para hacer tu exfoliante 100% natural: aceite de oliva, aceite de coco, miel, posos del café, sal, coco rayado, té… ¡Anímate a probar combinaciones hasta dar con la fórmula que más te guste!

Mezcla todos los ingredientes, como si estuvieras haciendo la masa para un pastel, hasta encontrar la consistencia deseada. Para obtener un exfoliante ligero y esponjoso, usa pocos ingredientes húmedos. Por el contrario, si quieres algo más nutritivo e hidratante (perfecto para pieles maduras), añade más elementos líquidos, como los aceites.

Si quieres darle aroma y tienes aceites esenciales en casa, puedes añadir unas gotitas. Echa unas 5-10 primero, mezcla bien y huele. Repite hasta que te convenza el olor.

Cuando lo tengas, lo viertes en tus tarros y ya tienes tu exfoliante casero listo para tu próxima ducha. O para regalar con una etiqueta casera para dedicar el obsequio.

Truquitos para hacer tu crema exfoliante en casa

¡Recicla y reusa! Ahí va un truquito super pro y eco-friendly: si guardas alguna vieja crema exfoliante, de esas que ya sólo queda un culín y te da pena tirar, pero que tampoco vas a usar más, ¡añádela a tu mix! Mézclala bien con el resto de ingredientes y ¡al tarro de cristal!

Customiza: hay otros ingredientes «frescos» que es mejor no usar porque no aguantarían, como yogur, aloe vera, aguacate, copos de avena… PERO puedes añadirlos al momento, customizando tu «exfoliante de base», según tus apetencias del momento (y para ir probando qué te gusta/funciona mejor).

Para conservar y que tu exfoliante casero aguante bien, procura que no se moje. Lo ideal sería que, antes de irte a la ducha, echaras en algún bol la cantidad que vayas a usar para evitar llevarte todo el tarro bajo el agua.

De hecho, para que te dure una vida (o casi) lo más recomendable es que lo guardes en el frigorífico. Recuerda sacarlo un rato antes de aplicarlo para que se atempere. Aunque fresquito de nevera va ideal para calmar un poco la piel después de tomar el sol.